miércoles, octubre 15, 2008

Mos Eisley

Túneles bajos hacen de pasillos del garito y una extraña luz azul surge de no se sabe donde. La extraña música inunda la empalagosa atmósfera.

Siempre que estamos en sitios como este sabemos que no es aquí donde queremos estar, pero sin embargo una excitación adictiva inunda nuestra alma. Debe ser la sensación de saberse rodeado del peligro, de esa clase de mal que desprenden los que hace milenios aparcaron el interés por la vida humana, convirtiendolo en un dato accesorio que acompaña, pero no es imprescindible, a la cuenta de beneficios.

Sitios como este han existido siempre, en un tiempo se llamó Tortuga, hoy, para mi, es Mos Eisley.

Me muevo entre piratas y seres sin entrañas para los que todo es algo comerciable, solo hay que estar dispuesto a pagar su precio. Procuro apretar los dientes y el culo y pasar entre esta inmundicia sin coger demasiado olor, sin que me llegue a contaminar.

Solo deseo despegar de este antro y que los vientos estelares me lleven a planetes de atmosfera limpia y criaturas más amables.
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