Honra a tus mayores I - Temístocles de Atenas
Gloria y honor a los hijos de Esparta.
Todo el mundo recordará a los trescientos de Leonidas, pero ¿Quién se acordará de los que combatimos en Artemisión?
Ellos luchaban por el honor, por ganarse un hueco en la memoria del mundo, por el título de heroes. Pero no era Esparta el fruto que quería engullir Jerjes.
Nosotros luchabamos por Atenas. Por nuestras mujeres e hijos, por nuestros sueños y nuestra historia.
Ahora ponemos proa a casa esperando llegar antes de que el ejercito persa solo nos deje el espectaculo de la derrota, la muerte y la destrución.
Vamos a despedirnos de lo que amamos, de lo que somos. A recoger el trofeo del perdedor.
Temístocles de Atenas. (Atenas, 525 A.C. - Magnesia del Meandro, 460 A.C.)
Marino y político.
N.d.A.-
En los preliminares de la batalla de las Termópilas, la flota ateniense, al mando de Temístocles, utilizando como base el puerto de Artemisión, en la isla de Eubea, detuvo e impidió que el ejercito de Jerjes recibiese apoyo y suministros por mar.
Tras la derrota de los griegos, el ejercito persa se dirigió a Atenás arrasandola y ejecutando a todos aquellos que habían permanecido en la ciudad.
Poco tiempo después, la flota ateniense en una operación bien planificada consiguió atrapar a la flota persa en aguas adversas y vencer claramente en la batalla de Salamina.
Esta victoria griega obligó a Jerjes a retirar su flota al Helesponto y privó al ejercito de tierra del apoyo y los suministros que necesitaban para la campaña de conquistar Grecia. Poco después, en las batallas de Platea y Micala, Persia sufrió importantes y decisivas derrotas que le obligaron a abandonar Grecia dando por perdida la guerra.
Todo el mundo recordará a los trescientos de Leonidas, pero ¿Quién se acordará de los que combatimos en Artemisión?
Ellos luchaban por el honor, por ganarse un hueco en la memoria del mundo, por el título de heroes. Pero no era Esparta el fruto que quería engullir Jerjes.
Nosotros luchabamos por Atenas. Por nuestras mujeres e hijos, por nuestros sueños y nuestra historia.
Ahora ponemos proa a casa esperando llegar antes de que el ejercito persa solo nos deje el espectaculo de la derrota, la muerte y la destrución.
Vamos a despedirnos de lo que amamos, de lo que somos. A recoger el trofeo del perdedor.
Temístocles de Atenas. (Atenas, 525 A.C. - Magnesia del Meandro, 460 A.C.)
Marino y político.
N.d.A.-
En los preliminares de la batalla de las Termópilas, la flota ateniense, al mando de Temístocles, utilizando como base el puerto de Artemisión, en la isla de Eubea, detuvo e impidió que el ejercito de Jerjes recibiese apoyo y suministros por mar.
Tras la derrota de los griegos, el ejercito persa se dirigió a Atenás arrasandola y ejecutando a todos aquellos que habían permanecido en la ciudad.
Poco tiempo después, la flota ateniense en una operación bien planificada consiguió atrapar a la flota persa en aguas adversas y vencer claramente en la batalla de Salamina.
Esta victoria griega obligó a Jerjes a retirar su flota al Helesponto y privó al ejercito de tierra del apoyo y los suministros que necesitaban para la campaña de conquistar Grecia. Poco después, en las batallas de Platea y Micala, Persia sufrió importantes y decisivas derrotas que le obligaron a abandonar Grecia dando por perdida la guerra.