En puerto franco
Que mejor manera de comenzar esta singladura que desde un puerto franco, uno de esos donde reparar los desperfectos del barco, buscar provisiones, correo y algunas correrias por el puerto.
El de hoy ha sido una tarde de cervezas con un viejo amigo. Llevabamos bastante tiempo sin encontrarnos, y la cita era para un duelo, al final como siempre, hemos dirimido nuestras diferencias a cervezas, que por fortuna acaba siendo el arma elegida por ambos en todos nuestros asuntos de honor. A falta de un buen convento de carmelitas, y dado que la trasera de los Jeronimos no invitan a dejarse el alma por el honor herido, hemos cruzado nuestros vidrios en el "Jazz", en la esquina de las calles Santa Maria y Moratín (en Madrid), un bar pequeño y acogedor con buena música que suele tener un volumen que invita a la conversación.
Ha sido de esos encuentros balsamicos que ayudan a que el corazon se alivie de ciertos pesos y afrontes los largos días de mar con el alma más ligera, más luminosa.
Así que con el barco recien calafateado, velas nuevas y buen ánimo zarpamos de este puerto franco con la esperanza de que ni las galernas ni la mar picada tuerzan demasiado nuestro rumbo ni nuestro espiritu.
El de hoy ha sido una tarde de cervezas con un viejo amigo. Llevabamos bastante tiempo sin encontrarnos, y la cita era para un duelo, al final como siempre, hemos dirimido nuestras diferencias a cervezas, que por fortuna acaba siendo el arma elegida por ambos en todos nuestros asuntos de honor. A falta de un buen convento de carmelitas, y dado que la trasera de los Jeronimos no invitan a dejarse el alma por el honor herido, hemos cruzado nuestros vidrios en el "Jazz", en la esquina de las calles Santa Maria y Moratín (en Madrid), un bar pequeño y acogedor con buena música que suele tener un volumen que invita a la conversación.
Ha sido de esos encuentros balsamicos que ayudan a que el corazon se alivie de ciertos pesos y afrontes los largos días de mar con el alma más ligera, más luminosa.
Así que con el barco recien calafateado, velas nuevas y buen ánimo zarpamos de este puerto franco con la esperanza de que ni las galernas ni la mar picada tuerzan demasiado nuestro rumbo ni nuestro espiritu.
8 Comments:
Ya solo queda dejar a los vientos hacer su trabajo y fondear en costas sembradas de azul y vírgenes de huellas.
Comienza el viaje.
Que las estrellas guien tu nave y tengas siempre el viento a tu espalda.
No se cual será el destino, pero el viaje merecerá la pena.
Creo que ya hacemos dos polizones, ¿verdad Danann?
Aprovecho la idea del pater...
May the roads rise to meet you,
May the wind be always at your back,
May the sun shine warm upon your face,
the rains fall soft upon your fields
and until we meet again
May God hold you
in the hollow of His hand
Ahora que conoces Irlanda, sabes de su magia, de sus tierras con olor especial, conoces sus mares y sabes surcarlos capitaneando tu barco, te dejo esta oración Irlandesa para que, en este nuevo barco, te sientas en casa...
Te quiero, chiquitín
Tengo en la tripulacion un marinero irlandes, el bueno de Seamus, que me manda algo para vosotros;
Cead Mile Failté.
Con amigos como vosotros todos los vientos parecen propicios.
Mmmm, vaya quién lo iba a decir, otro viajero...
Bienvenido. :D
Bienvenido al blogocéano. Que los vientos te sean favorables.
Abrazo desnudo.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Navegar por otros mares siempre te hace descubrir nueva gente, nuevos lugares en los que poder, por fin, quedarte a descansar. Que encuentres tu lugar.
Luardid
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