miércoles, julio 23, 2008

En la palma de la mano

Varado en la playa sobre el costado de estribor. Los jirones de las velas producen una música suave, casi una nana.

El sudor recorre mi cuerpo hasta juntarse con la arena, enfriandome la espalda con la brisa.

La calida cadencia de las olas, ostinato.

El barco perdido, la tripulación desvanecida, como la espuma entre los dedos. Ni rastro de estrellas, mapas, o sirenas. Solo playa, calor y sal.

Me desvisto de atavíos, casacas, sable y sombrero, tratando de vestirme de mi mismo, pero solo encuentro mar. Pero es dificil vestirse de mar y brisa.

Me acurruco bajo el arbol, abrazado a mis rodillas miro el mar pensando las islas que quiero dibujar ahora. Y con un soplo me deslizo hacia ellas, trazando su silueta con los dedos de los pies sobre la superficie del océano.

Lejanos tambores y el roce de una mano que calma mi fiebre, me recuerdan que la decisión no está tomada, ¿debo volar, dejarme llevar por los vientos y fundirme con ellos o abrir los ojos y seguir siendo el Capitan?

4 Comments:

Blogger Diego Cobo dijo...

Fúndase sin miedo, mi capitán. Estamos recogiendo las velas y el ancla ya está más que echada. Nos esperan días de descanso y aprovisionamiento, de ron, mujeres y risas. De marisco fresco con arroz y noches de brisa suave. La tripulación le echará de menos pero incluso nosotros necesitamos dejarnos de lado de vez en cuando. Durante estos días, tripulación y Capitán recorrerán sendas distintas. Pero no olvide regresar...

4:40 p. m.  
Blogger இலை Bohemia இலை dijo...

Yo quiero que siga siendo el capitán que se deja llevar y que de vez en cuando me recuerde lo del perfume de las naranjas...que aún las huelo...

:o)

Abrazos

6:22 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Qué maravilla comprobar que el capitán se encuentra a pie de timón.

Besos orgiásticos.

12:06 a. m.  
Blogger Nines dijo...

Algo me dice que nunca dejarás de ser el capitán, y sospecho que cuando tu tripulación se encuentre desvanecida de nuevo, la mecerás hacia la salida.
Y ellos estarán contentos y tranquilos, con la convicción de que su capitán tiene la fortaleza de, digamos.... un toro?
Quizá lo mejor... ser más sensato en la elección de compañía en sus viajes! ;P

2:28 p. m.  

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