lunes, febrero 19, 2007

A media asta

A media asta ondea el pabellón negro que me regalo Danann.
Ya sabia yo que la inmensidad del mar, por muy calma que se presente nos regala nubes negras a las primeras de cambio.
Y esta vez han sido muy negras.
Hace mucho que no nos veíamos, su vida habia ido por unos derroteros y la mía por otros. Pero a toro pasado, cuando las cenizas vuelan desde el castillo de proa, es cuando los recuerdos vienen a visitarme.
Crecí cerca de él, de sus bondades y sus defectos, a la luz de su biblioteca, su discoteca y sus jardines secretos en forma de estudio. Luego nos distanciamos, sin rencores ni amarguras, solo distancia y tiempo, el su vida y yo la mía.
El sábado mientras estaba de juerga con los amigos, me avisaron de su muerte. Al principio me quede frío, helado, no es que fuese imprevisible, pero no me lo esperaba, estaba jodido, pero nunca me planteé que podría pasar, tan pronto.
Después vino el llanto, los recuerdos y la angustia por los que se quedan, sus padres, su mujer y sus hijos, y mi padre, sobre todo mi padre.
Luego vino la despedida a la irlandesa, se que no me hubiese perdonado perderme una cena y el calor de los amigos.
Seguro que por mucho que me empeñe sería incapaz de expresar como me siento, o de describirle, para bien o para mal. Ahora mismo solo deseo que haya encontrado esa belleza que persiguió toda su vida. Puede que se equivocase de camino (o no), pero la busqueda era buena.

Capullo, te largaste sin pagarte ese café que me prometiste la ultima vez que hablamos.

Este era mi tío: http://ideas-en-el-aire.blogspot.com/
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