lunes, noviembre 19, 2007

Aqui hay monstruos

En las últimas semanas me he llevado varios tirones de orejas por mi navegación carente de riesgo. En todas he argumentado que hay muchos motivos para no alejarse de la costa y navegar al amparo de faros y caletas. Tantos que se me esta olvidando la emoción de un abordaje, la adrenalina en las venas ante la menor de las escaramuzas y los suculentos botines que aguardan a los osados.

Por eso he decidido sacar viejas cartas de navegación y antiguos mapas de pergamino oscuro. Los míos son de esos con dibujos de serpientes marinas y leyendas de "Terra incognita" o "Aqui hay monstruos".

Dos días en alta mar, solo dos días, y ya percibo un brillo extraño entre las olas, un rumor distinto en los turnos de guardia y la sensación de que algo ronda la nave. Puede que solo sea mi imaginación, o mi sed de aventuras, o puede ser uno de esos monstruos de mis cartas. De hecho estoy seguro, creo que me volvió loco el canto de una sirena (¿o fué su sonrisa?), aunque esta vez no deseo que me aten al mastil, espero mantenerme firme en el timón aun a riesgo de estrellarme contra las rocas, pero me hice marino para perseguir sueños, no para guardarlos en toneles y ver como crian polvo.

Asi que habra que dar la orden de izar de nuevo la bandera pirata, no se si encontraré a la sirena o acabaré llegando al borde del mundo, pero de momento que corra el grog y se agiten las velas.
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